Es la introducción en el organismo del niño o la niña de una infección para que cree defensas contra ella, formando anticuerpos que le durarán casi toda la vida.
Las vacunas se obtienen inactivando o debilitando el microorganismo que causa la enfermedad, para que cuando se aplique a una persona, el cuerpo produzca defensas contra esa enfermedad.
Los niños necesitan vacunas para protegerse de enfermedades peligrosas que pueden tener complicaciones graves e incluso, provocar la muerte. En general, las vacunas ayudan a que los niños no padezcan enfermedades inmunoprevenibles.
Tengamos presente que las vacunas pueden traer efectos secundarios como fiebre leve, salpullido y dolor en el lugar de la aplicación. No se preocupe: son molestias pasajeras y fácilmente superables.
Las distintas vacunas se aplican según la edad del niño y un plan establecido. Este plan está anotado en un documento muy importante: el carnet de vacunas.
En este documento se anotan varios datos, tales como la fecha y dosis de las vacunas aplicadas al niño, IPS vacunadora, laboratorio productor de la vacuna, número de lote de la dosis y, muy importante, fecha de la próxima cita en la que el niño debe acudir al centro de vacunación.
Revise periódicamente el carnet de vacunas para verificar que el esquema esté aplicándose debidamente y cuándo debe aplicarse la próxima vacuna.
Consulte con el médico si se requiere aplicar algún refuerzo, vacunas complementarias u otras dosis.
Vacunar a nuestros hijos es fácil. Las EPS y las medicinas prepagadas siempre tienen activas las jornadas de vacunación para cubrir a toda la población, en particular, a los infantes.